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Perspectivas seculares

Ventaja para el Yield

El shock inflacionario posterior a la pandemia y el ciclo de subidas de tipos produjeron un aumento generalizado de los rendimientos de los bonos, lo que crea unas perspectivas plurianuales atractivas para la renta fija a medida que la inflación retrocede y los riesgos crecen en otros mercados.

El Autor

Richard Clarida

Asesor económico global

Andrew Balls

CIO Global Fixed Income

Daniel J. Ivascyn

Director de inversiones del Grupo (CIO del Grupo)

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Resumen

La economía mundial continúa recuperándose de los efectos de la pandemia, que incluyen distorsiones comerciales, generosas intervenciones monetarias y fiscales, un aumento prolongado de la inflación y episodios de intensa volatilidad en los mercados financieros. En el Foro Secular 2024 de PIMCO, analizamos cómo las secuelas de estas perturbaciones están teniendo algunos efectos inesperadamente positivos, al tiempo que crean riesgos a largo plazo.

Entre los aspectos positivos, la desinflación ha sido más rápida de lo previsto en la mayoría de las economías de mercados desarrollados. Además, los riesgos macroeconómicos y de inflación parecen más equilibrados que en nuestro Foro Secular de hace un año. Los bancos centrales también se están preparando para empezar a bajar tipos, probablemente a ritmos diferentes.

Sin embargo, vemos tres grandes áreas de las que se han beneficiado los inversores, pero en las que podrían haber pasado por alto los riesgos que pueden desarrollarse a lo largo de nuestro horizonte secular a cinco años:

  • Los estímulos fiscales a gran escala han impulsado el extraordinario crecimiento estadounidense, pero esa excepcionalidad ha tenido un coste: la deuda de EE. UU. muestra una trayectoria insostenible que el gobierno tendrá que abordar en algún momento. Por su parte, los mercados financieros tendrán que operar sin esperar que el gobierno venga al rescate.
  • La inteligencia artificial (IA) podría transformar el mercado de trabajo e impulsar la productividad, pero es posible que los impactos económicos tarden años en percibirse. Las masivas inversiones de capital han disparado las ganancias en el mercado bursátil, lo que nos recuerda otros booms tecnológicos del pasado.
  • En algunos mercados, las valoraciones de los activos no parecen ofrecer mucho colchón a los inversores. Esto incluye la renta variable, en la que las valoraciones parecen forzadas, y los mercados de préstamos directos a empresas con calificaciones de crédito más bajas, que son menos líquidos y están más expuestos a unos tipos de interés variables.

Para los inversores, el shock inflacionario de principios de la década de 2020 y las bruscas subidas de los tipos de interés oficiales provocaron un aumento generalizado de los rendimientos de los bonos, que ahora incorporan un importante colchón ajustado a la inflación. Los rendimientos iniciales muestran una fuerte correlación con las rentabilidades a cinco años. Esto respalda unas perspectivas atractivas a largo plazo para las rentabilidades de la renta fija en relación con otros activos, sobre todo en términos ajustados al riesgo, a medida que la inflación se modere. Las oportunidades que ofrecen los mercados mundiales de renta fija también nos parecen extraordinariamente atractivas y diversas, y una selección activa de países y títulos resultará clave.

Creemos que este contexto secular justifica que los inversores se replanteen, e incluso le den la vuelta, al paradigma tradicional de asignación de activos que recomienda invertir un 60 % en renta variable y un 40 % en renta fija.

A medida que los bancos se retiran de ciertos mercados, vemos oportunidades interesantes en los préstamos basados en activos, sobre todo en áreas relacionadas con el consumo, dada la fortaleza del consumo estadounidense. Prevemos que la desintermediación bancaria y las necesidades de capital crearán oportunidades en deuda de inmuebles comerciales (CRE).

Durante nuestras sesiones del Foro Secular, exploramos cómo EE. UU. y China están liderando el cambio hacia un orden mundial multipolar que probablemente altere las dinámicas políticas y de mercado. El dividendo de la paz que hemos disfrutado en las últimas décadas se está convirtiendo en un coste en conflictos que podría ser una fuerza disruptiva.

Tema secular: Riesgos equilibrados, pero cuidado con las edades de oro

En nuestras Perspectivas Seculares de 2023, tituladas "La economía aftershock", argumentamos que las disrupciones vividas en los primeros años de esta década crearían una realidad nueva y perdurable. Anticipamos un mundo marcado por una intensa volatilidad macroeconómica y un crecimiento débil. Y predijimos que los bancos centrales harían lo que fuera necesario para devolver la inflación al entorno del 2%.

Aunque estas tesis siguen siendo válidas en términos generales, nuestras perspectivas para los próximos cinco años incorporan y evalúan varias cuestiones importantes que han surgido desde nuestro foro de mayo de 2023, entre las que se incluyen:

  • El estallido de un conflicto en Oriente Próximo y una guerra en Europa que ya va por su tercer año
  • Una desinflación rápida y, hasta ahora, indolora que ha devuelto la inflación al entorno del 2% en la mayoría de las economías de mercados desarrollados
  • Importantes divergencias entre las trayectorias de crecimiento e inflación de EE. UU. y otras economías de mercados desarrollados
  • La duplicación imprevista del déficit presupuestario de EE. UU. en una economía en la que el desempleo roza mínimos históricos
  • Un "Treasury tantrum" en octubre, provocado por el temor a que la insostenible trayectoria fiscal de EE. UU. empeore en los próximos años
  • La constante retirada de los bancos ante el endurecimiento de las regulaciones relativas a los niveles de capital y liquidez

Nuestra visión secular también se apoya en nuestras Perspectivas Cíclicas más recientes, tituladas "Mercados divergentes, carteras diversificadas",en las que pronosticamos que los bancos centrales romperán filas y bajarán tipos a distinto ritmo en un entorno en el que la economía estadounidense mantendrá su fortaleza relativa mientras que muchas economías de mercados desarrollados se desacelerarán. Esta situación ha provocado un aumento de las posiciones de riesgo en los mercados financieros de EE. UU. y plantea la pregunta de si nos encontramos ante tendencias a corto plazo o más duraderas.

Los bancos centrales han mantenido la flexibilidad...

Los bruscos ajustes cíclicos posteriores a la pandemia que afectaron a la economía global están dando paso a tendencias estructurales más duraderas que tienen importantes implicaciones. Aunque seguimos anticipando un crecimiento mundial débil y ciclos económicos más volátiles en nuestro horizonte secular, los riesgos en torno a esas perspectivas parecen más equilibrados que hace un año.

Esto se debe, en parte, a que la inflación ha regresado rápidamente al entorno del 2% en la mayoría de las economías avanzadas. El brusco endurecimiento de la política monetaria logró controlar el repunte de la inflación sin que aumentasen las expectativas de inflación a medio plazo.

El entorno de riesgo más equilibrado también se debe a la adopción tácita por parte de los bancos centrales de una estrategia de "desinflación oportunista" durante el último tramo del camino de vuelta hacia los niveles objetivo. Esta estrategia les da a las autoridades monetarias cierto margen de maniobra para recortar tipos con el fin de respaldar el crecimiento cuando la inflación parezca estar controlada.

Los temores que teníamos el año pasado sobre la posibilidad de que unas condiciones monetarias restrictivas provocasen inestabilidad financiera no se han hecho realidad. Los riesgos sistémicos para los bancos mundiales y los mercados financieros no bancarios parecen contenidos.

No obstante, las tendencias regulatorias apuntan claramente hacia unos requisitos de capital y liquidez bancarios más estrictos. Es probable que la incapacidad de los bancos para proporcionar capacidad de balance en ciertos mercados empuje aún más actividades de financiación hacia el capital privado.

Vemos una oportunidad creciente para que los inversores actúen como prestamistas sénior en áreas de las que antes se ocupaban los bancos regionales, como los préstamos al consumo, el crédito hipotecario y la financiación de equipos. El sector de los inmuebles comerciales (CRE) también ofrece oportunidades para el capital flexible, ya que la retirada de los bancos exacerba los problemas que plantean la caída de los precios inmobiliarios y el vencimiento de préstamos por valor de más de 2 billones de dólares en los próximos años.

...pero el margen fiscal es limitado

Aunque el entorno de política monetaria ha mejorado, las perspectivas fiscales no lo han hecho. La trayectoria fiscal mundial ha sido uno de los temas centrales del Foro Secular de este año, sobre todo la trayectoria de la deuda federal de EE. UU.

Está por ver si la fortaleza del ciclo económico estadounidense es duradera o solo ha respondido a los estímulos públicos aprobados durante la pandemia y al creciente porcentaje de deuda sobre PIB. Si EE. UU. acaba sufriendo un ajuste fiscal, es probable que se recorte el gasto en prestaciones sociales y se suban los impuestos para consolidar la deuda. Por improbable que parezca en el entorno político actual, puede que hasta lo aparentemente intocable tenga que evolucionar.

Es previsible que el enorme volumen de deuda soberana sobre el PIB que acumulan las economías avanzadas (ver gráfico 1) haga que las curvas de tipos ganen inclinación en nuestro horizonte secular, porque los inversores continúan exigiendo una mayor compensación por los bonos a más largo plazo. Hay pruebas –por ejemplo, los rendimientos a plazo ligados a la inflación o las estimaciones de la prima de plazo del Tesoro– que sugieren que los mercados ya han descontado parte de este ajuste, incluso antes de que los bancos centrales empiecen a recortar los tipos (puede leer más sobre este tema en nuestro reciente artículo, "Will the True Treasury Term Premium Please Stand Up?").

Gráfico 1: El margen fiscal podría ser limitado

El gráfico 1 es un gráfico de líneas que muestra el porcentaje de deuda pública sobre PIB de EE. UU. y otras economías avanzadas entre 1903 y 2023. En 2021, a raíz de la pandemia de COVID-19 y la crisis financiera mundial, el porcentaje de EE. UU. marcó un nuevo máximo del 133,5%, eclipsando el máximo anterior alcanzado en 1946, justo después de la Segunda Guerra Mundial. Los niveles en las economías avanzadas son ligeramente inferiores, pero también altos, alcanzando el 122,9% en 2021 antes de caer levemente. Fuente: Fondo Monetario Internacional (FMI), Carmen Reinhart, Kenneth Rogoff, PIMCO; datos anuales hasta diciembre de 2023.

 
Fuente: Fondo Monetario Internacional (FMI), Carmen Reinhart, Kenneth Rogoff, PIMCO; datos anuales hasta diciembre de 2023. "Economías avanzadas" se refiere a las economías avanzadas del G-20 (Australia, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Corea del Sur, Reino Unido y EE. UU.) hasta 2015 y a todas las economías avanzadas definidas por el FMI hasta 2023.

Es casi seguro que las autoridades se enfrentarán a más restricciones cuando recurran a una política fiscal discrecional para limitar el daño de una futura desaceleración del ciclo económico. Nuestro escenario principal no es una crisis financiera repentina, sino episodios recurrentes de volatilidad del mercado cuando la atención se centre en las cuestiones fiscales.

Pese a estas presiones fiscales, creemos que el dólar estadounidense seguirá siendo la moneda dominante en el mundo, en gran parte debido a la ausencia de una competidora viable. Es posible que la deuda de EE. UU. sufra un ajuste en algún momento, pero no es probable que sea inminente, gracias a las ventajas que presenta EE. UU. en inmigración, productividad e innovación, al hecho de que los bonos del Tesoro de EE. UU. sean un activo de reserva mundial y al dinamismo general de la economía estadounidense. La elevada demanda de títulos del Tesoro estadounidense como activos refugio y reserva líquida de valor ha mantenido a raya, hasta la fecha, las preocupaciones del mercado de renta fija sobre la sostenibilidad fiscal, lo que nos hace pensar que el calendario de las reformas fiscales podría extenderse más allá de nuestro horizonte secular.

Es posible que EE. UU. siga siendo la opción menos mala en comparación con otras economías. Las perspectivas de China se ven nubladas por la crisis del sector inmobiliario, el envejecimiento de la población y unos mercados de exportación menos abiertos. En Europa, la fragmentación política dificultará el diseño de una estrategia de crecimiento integral ante los conflictos regionales, la falta de seguridad energética y una competencia más directa de China en los productos manufacturados de mayor valor.

Hacia un mundo multipolar

Las tensiones entre una superpotencia dominante (EE. UU.) y su rival en ascenso (China) marcan, cada vez más, el contexto geopolítico. Tanto China como Rusia tienen visiones a largo plazo que contrastan con los ideales occidentales. El dividendo de la paz que hemos disfrutado en las últimas tres décadas se está convirtiendo en un coste en conflictos.

Esto subraya el cambio hacia un orden mundial multipolar, donde la cooperación parece limitada y podrían surgir nuevas potencias intermedias. Es probable que este cambio también altere las correlaciones entre mercados y cree mayores divergencias en términos de crecimiento potencial y respuestas de política monetaria. Además, los ciclos económicos estarán menos sincronizados. Prevemos que las fuerzas subyacentes generarán más volatilidad macroeconómica y de los mercados financieros que antes de la pandemia.

Los riesgos para la estabilidad financiera también han aumentado y podrían resultar problemáticos si estos conflictos alterasen sustancialmente los flujos financieros transfronterizos o creasen las condiciones para un deterioro del capital. Creemos que la prima de riesgo de invertir en crédito de China es demasiado baja para ser atractiva, en vista de los riesgos potenciales.

Anticipamos que la economía china continuará desacelerándose sin llegar a estancarse. Cabe destacar que China se está reglobalizando. Su nuevo modelo de crecimiento, centrado en la producción y las infraestructuras para contrarrestar el colapso del sector inmobiliario, está impulsando un aumento de las exportaciones manufactureras. Este giro exige reevaluar el papel de China en la economía mundial y, especialmente, su impacto en los mercados de materias primas y la inflación, así como su integración en el orden financiero mundial.

Los principales mercados emergentes han demostrado una resiliencia notable en este ciclo. La típica combinación de factores que a menudo desencadena las crisis en mercados emergentes –fugas de capital, endurecimiento de las condiciones financieras y desplome de los precios de las materias primas– no se está dando en la actualidad, ni parece probable que vaya a hacerlo en el horizonte secular. Y aunque los niveles de deuda de los países emergentes están aumentando, por ahora se mantienen en niveles sostenibles en comparación con los mercados desarrollados.

Este año, aproximadamente el 60% del mundo en términos de PIB votará en unas elecciones importantes. Ante las primeras señales de que los partidos populistas están ganando popularidad, especialmente en Europa, estos procesos electorales podrían cambiar las prioridades de política económica y geopolítica. Vemos riesgos de que las elecciones intensifiquen las tendencias hacia la fragmentación, la multipolaridad y las medidas proteccionistas, favoreciendo la relocalización de las cadenas de suministro a países amigos, lo que podría beneficiar a países como la India, Indonesia y México.

En cuanto a las elecciones presidenciales de EE. UU., creemos que el comercio, la política fiscal, la inmigración, la regulación y la política medioambiental son los temas con mayor potencial de disrupción. Con independencia del resultado electoral, es probable que los déficits fiscales de EE. UU. se mantengan cerca de máximos históricos. Además, ambos partidos mantendrán una política de mano dura con China.

Empiezan a verse los efectos de la IA

La IA generativa tiene el potencial de transformar los mercados de trabajo y democratizar el acceso a las tareas de toma de decisiones, lo que facilitará que un porcentaje más alto de la fuerza laboral tome decisiones informadas.

Sin embargo, muchas organizaciones se enfrentarán a desafíos a la hora de implementar la IA de manera efectiva. Es posible que las mejoras drásticas de productividad y eficiencia no sean evidentes en los datos macroeconómicos de los próximos cinco años, ya que maximizar los beneficios de la IA a nivel macro no solo requerirá adoptar la tecnología, sino también reconfigurar los flujos de trabajo y replantear los procesos de producción de las organizaciones individuales a nivel micro.

Al igual que ha ocurrido con otras nuevas tecnologías en las últimas décadas, puede que el impacto gradual en la productividad derivado de las modestas mejoras en las prácticas de trabajo existentes no sea muy apreciable. Pero existe la posibilidad de que se produzcan cambios radicales que podrían traducirse en mejoras de productividad más intensas en determinadas áreas, como la salud y las ciencias.

Aunque nuestro escenario principal prevé que el impacto total de los nuevos modelos de lenguaje de gran tamaño (LLM) que utiliza la IA generativa se hará visible de forma gradual a lo largo del horizonte secular, es posible que se produzcan disrupciones más rápidamente. La intensa inversión de capital en informática, centros de datos y tecnologías limpias aumenta la disponibilidad de estos recursos para aplicaciones que van más allá de la IA, mientras que la inversión en IA hace cada vez más plausibles los avances promovidos por la IA en otras áreas. También es posible que se produzcan sorpresas negativas, especialmente si el uso indebido de la IA para vigilancia, manipulación o amenazas a la seguridad da lugar a restricciones que frenen la innovación.

Por ahora, la inversión de capital podría respaldar un fuerte impulso a corto plazo, pero, en última instancia, harán falta mejoras de eficiencia para generar un crecimiento sostenible a largo plazo.

Se prevé que la demanda de microchips, centros de datos y capacidad de generación eléctrica para alimentarlos será explosiva, y estas tendencias tendrán consecuencias inmediatas para esos sectores.

Los tipos oficiales neutrales se mantendrán bajos

Los altos tipos de interés oficiales que imperan actualmente son el resultado de factores cíclicos, principalmente, el repunte de la inflación. Una vez que la inflación se estabilice cerca de los niveles objetivo de los bancos centrales, esperamos que los tipos oficiales neutrales de las economías avanzadas se sitúen en niveles inferiores a los que prevalecían antes de la crisis financiera mundial.

Vemos probable que el tipo neutral de EE. UU. se mantenga en el rango de 2%–3% (lo que implica un tipo real neutral a largo plazo del 0%–1%) durante nuestro horizonte secular. Sin embargo, los precios actuales indican que los mercados no esperan que el tipo neutral caiga muy por debajo del 4%. Esto puede presentar nuevas oportunidades para los inversores en renta fija, porque los rendimientos actuales ya incorporan un colchón en forma de tipos reales positivos y primas de plazo.

Prevemos que los balances de los bancos centrales, que actualmente se están contrayendo en el marco de los programas de ajuste cuantitativo (QT), se mantengan en niveles sustancialmente más altos que antes de la era de la expansión cuantitativa (QE). Es probable que los bancos centrales de mercados desarrollados continúen comprando activos para garantizar el buen funcionamiento de los mercados de deuda soberana y repos y para actuar como prestamistas de última instancia. Algunos ejemplos son el Programa de Financiación Bancaria a Plazo (BTFP) que lanzó la Reserva Federal de EE. UU. en 2023 y la operación que hizo el Banco de Inglaterra en 2022 para respaldar el mercado de gilts.

Sin embargo, nos parece menos probable que los bancos centrales pongan en marcha programas abiertos de compra de activos al estilo de la expansión cuantitativa para responder a futuras recesiones económicas. Las tensiones financieras derivadas de mantener grandes carteras de títulos, en las que los costes de financiación superan los rendimientos de estos activos, resultan cada vez más evidentes.

Ahora mismo, las "put" monetarias y fiscales, o la expectativa de que el gobierno intervenga en caso de recesión, están aún más fuera del dinero, lo que limita la capacidad del gobierno para estimular cualquier declive económico y brindar apoyo para amortiguar los shocks. Anticipamos nuevos episodios de volatilidad a medida que los mercados operen más en base a los fundamentales y menos en base a la expectativa de que los gobiernos acudan al rescate.

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Implicaciones para la inversión: Resurge la renta fija

Nuestras Perspectivas Seculares para 2024 favorecen un mayor foco en los mercados públicos de renta fija, que creemos que podrían generar rentabilidades competitivas y un menor riesgo en comparación con otras clases de activos. Los rendimientos actuales y la estabilización de las perspectivas de inflación están permitiendo que la renta fija reafirme sus ventajas fundamentales en las carteras: un potencial de ingresos atractivo, resiliencia ante las caídas y estabilidad, gracias a una menor correlación con la renta variable.

Pese a que muchos inversores sofisticados han superado el paradigma tradicional de la cartera 60-40 (60% en renta variable y 40% en renta fija), esta regla general aún suele citarse en las conversaciones sobre inversión. Creemos que estamos entrando en una era que justifica replantearse y darle la vuelta a ese concepto.

El shock inflacionario posterior a la pandemia y el ciclo de subidas de tipos de los bancos centrales elevaron sustancialmente los rendimientos de los bonos. Históricamente, los rendimientos iniciales han servido para predecir los rendimientos de los bonos en un horizonte plurianual (ver gráfico 2). A 30 de abril de 2024, los rendimientos de los índices Bloomberg U.S. Aggregate y Global Aggregate (cubierto a USD), dos índices de referencia comunes para la renta fija de alta calidad, se sitúan en torno al 5,31 % y el 5,41 %, respectivamente.

Gráfico 2: Históricamente, los rendimientos iniciales en los mercados de renta fija se han correlacionado con las rentabilidades a 5 años

El gráfico 2 es un gráfico de líneas que muestra los rendimientos superpuestos con los rendimientos de los 5 años posteriores del índice Bloomberg U.S. Aggregate Bond desde enero de 1976 hasta abril de 2024. En ese tiempo, los rendimientos iniciales muestran una fuerte correlación (94%) con los rendimientos a 5 años. El rendimiento medio desde 2010 es del 2,6%, pero los rendimientos han ido aumentando desde 2021 y se situaban en el 5,31% a 30 de abril de 2024. Fuente: Bloomberg, PIMCO. 

 
Fuente: Bloomberg, PIMCO, a 30 de abril de 2024. Las rentabilidades pasadas no garantizan ni son un indicador fiable de las rentabilidades futuras. Este gráfico se ofrece con fines meramente ilustrativos y no es indicativo de la rentabilidad pasada ni futura de ningún producto de PIMCO. El rendimiento y la rentabilidad corresponden al índice Bloomberg Barclays U.S. Aggregate Bond. No es posible invertir directamente en un índice no gestionado.

Partiendo de este punto, los gestores activos pueden intentar mejorar las rentabilidades de los inversores. Si identifican oportunidades atractivas en áreas de alta calidad, como los bonos de titulización hipotecaria (MBS) de agencias, los gestores activos pueden construir ahora mismo carteras que rindan entre el 6% y el 7% sin asumir un riesgo significativo de tipos de interés, crédito o iliquidez.

Como resultado, una asignación diversificada en renta fija ofrece la posibilidad de generar rentabilidades a largo plazo similares a las de la renta variable con un perfil ajustado al riesgo más favorable, sobre todo teniendo en cuenta que las valoraciones bursátiles podrían estar forzadas (ver gráfico 3). Los mercados no parecen descontar un riesgo de recesión significativo, por lo que la renta fija puede representar una forma barata de cubrir ese riesgo.

Gráfico 3: La renta variable está cara en términos absolutos y en relación con los bonos del Tesoro de EE. UU.

El gráfico 3 incluye una tabla y un gráfico de líneas. El gráfico de líneas muestra la prima de riesgo de la renta variable o ERP (definida como la rentabilidad de la renta variable, representada por el S&P 500, menos el rendimiento real de la renta fija) desde mayo de 1953 hasta abril de 2024. En ese tiempo, la ERP alcanzó un máximo del 9,7 % en 1982, tocó fondo en el -2,0 % en 1999, volvió a subir al 5,7 % en 2009 y, tras la pandemia, ha caído al 0,59 % a 30 de abril de 2024. La tabla muestra los datos a 30 de abril de 2024 para el ratio precio/beneficio ajustado al ciclo (CAPE o PER de Shiller), en 33,38, la rentabilidad real de la renta variable (definida como 1/CAPE), en el 3,00%, y el rendimiento real de los bonos a 30 años, en el 2,41%. Fuente: Bloomberg, datos en línea de Robert Shiller, Global Financial Data, PIMCO. 

 
Fuente: Bloomberg, datos en línea de Robert Shiller, Global Financial Data, PIMCO, a 30 de abril de 2024. Todas las métricas de valor se refieren al índice S&P 500. El CAPE o PER de Shiller es el ratio precio/beneficio (PER) ajustado al ciclo. El ratio de rentabilidad real de la renta variable se refiere a las ganancias reales medias de los últimos 10 años divididas por el último precio. El rendimiento real de los bonos a 30 años corresponde al rendimiento de los títulos del Tesoro de EE. UU. protegidos contra la inflación (TIPS) a 30 años, rellenado con el rendimiento nominal de los bonos del Tesoro de EE. UU. a 30 años menos la inflación esperada. Para calcular las expectativas de inflación, estimamos la inflación tendencial de acuerdo con la calibración de Cieslak y Povala (2015) y pronosticamos la inflación a 30 años vista. 

Además, la prima de plazo que incorporan ahora mismo los bonos actúa como un colchón. Esperamos que las curvas de tipos ganen inclinación a medida que los tipos de interés oficiales bajen y la prima de plazo aumente (puede leer más sobre este tema en nuestro artículo de febrero, titulado "Back to the Future: Term Premium Poised to Rise Again, With Widespread Asset Price Implications"), por lo que hemos adoptado una posición estructural a favor del empinamiento de la curva (steepener).

Tras la inversión más larga de su historia, la curva de tipos estadounidense se mantiene relativamente plana, lo que significa que los inversores no necesitan asumir mucho riesgo de tipos de interés. Actualmente vemos valor en el tramo a cinco años y nos preocupa que el tramo a largo plazo se comporte peor a consecuencia de los temores fiscales. La renta fija activa está posicionada para comportarse bien si no se producen recesiones en nuestro horizonte secular y para hacerlo aún mejor si se producen, ya que los precios podrían apreciarse si caen los rendimientos, lo que, en nuestra opinión, refuerza el atractivo de la renta fija frente al efectivo.

Los mercados mundiales de renta fija ofrecen oportunidades especialmente atractivas y diversas para mejorar la rentabilidad sin aumentar significativamente el riesgo que los inversores podrían estar pasando por alto. Los rendimientos globales, tanto en mercados desarrollados como emergentes, han regresado a niveles atractivos. Muchas economías fuera de EE. UU. presentan una situación más frágil, pero también ofrecen unas mejores condiciones fiscales, dos aspectos beneficiosos para la renta fija.

Prevemos que los ciclos económicos estarán menos sincronizados, lo que se traducirá en correlaciones más bajas en los mercados financieros. Estas divergencias en política monetaria y en las condiciones de mercado de las diferentes regiones ofrecen oportunidades únicas para que las plataformas de inversión activas y globales puedan explotar estas discrepancias y mejorar aún más las rentabilidades potenciales mediante la selección de países y títulos. Es previsible que los subsidios industriales y las políticas comerciales que promueven la deslocalización, la relocalización a países amigos y la transición energética creen ganadores y perdedores por sectores y países, lo que generará más oportunidades para los inversores activos.

Ante la posible volatilidad relacionada con la inflación, los títulos del Tesoro estadounidense protegidos contra la inflación (TIPS), las materias primas y los activos reales ofrecen protección contra la inflación y unos tipos reales más altos que antes de la pandemia.

Priorice la selección de crédito y la liquidez

Si bien los diferenciales de crédito parecen razonables en general, la selección de títulos y sectores ganará importancia a lo largo de nuestro horizonte secular. El crecimiento de los mercados de crédito, tanto públicos como privados, debería ofrecer a los inversores activos con capital flexible más oportunidades durante los periodos de volatilidad.

Un gran número de empresas fuertes y resilientes generan importantes cantidades de efectivo y casi no requieren financiación. Por el contrario, muchas empresas más débiles tienden a necesitar un acceso más continuo al crédito. Cuanto más mejore la productividad la IA, más disruptiva será para todas las empresas e industrias, lo que creará más ganadores y perdedores. En el pasado, la aparición de nuevas tecnologías a menudo ha venido acompañada de ciclos de auge y caída (boom-bust), lo que ha generado volatilidad, pero también oportunidades de inversión activa bottom-up.

Anticipamos más regulación bancaria, lo que probablemente fomentará una mayor desintermediación y el flujo de más capital hacia mercados privados. Seguimos centrados en las brechas de liquidez derivadas de la presión que sufren los bancos para gestionar el capital y cumplir con los requisitos regulatorios. Por ejemplo, es probable que la retirada de los bancos genere oportunidades para el capital flexible en deuda CRE, donde los propietarios de activos que se enfrentan al muro de vencimientos de los préstamos requerirán grandes cantidades de capital.

Los préstamos basados en activos son un buen ejemplo de lo que consideramos una oportunidad de inversión atractiva y menos concurrida. Los préstamos corporativos del mercado intermedio han ganado popularidad en los mercados privados, pero creemos que áreas como los préstamos al consumo ofrecen unos fundamentales y un valor excelentes a largo plazo, ya que los hogares estadounidenses han reducido su nivel de endeudamiento (ver gráfico 4) y los mercados inmobiliarios continúan gozando de respaldo.

Gráfico 4: La deuda de los hogares ha disminuido, mientras que los préstamos a empresas privadas han aumentado

El gráfico 4 está compuesto por dos gráficos de líneas que muestran datos desde diciembre de 1967 hasta diciembre de 2023. El primer gráfico muestra dos medidas de la deuda: la deuda de los hogares estadounidenses y la de las empresas estadounidenses (no financieras), como porcentaje del PIB de EE. UU. En ese periodo, la deuda de los hogares alcanzó su punto máximo en 2008 y 2009 con un 97%, luego cayó al 74% en 2019, se disparó brevemente por la pandemia hasta el 82% en 2020 y, desde entonces, ha caído al 71%. En comparación, la deuda empresarial marcó un máximo del 92% en la pandemia y, desde entonces, ha caído al 76%. El segundo gráfico muestra otras dos medidas: el crédito privado y los préstamos bancarios de EE. UU. (representados por la categoría "Otros préstamos y anticipos" del Federal Reserve Flow of Funds) y la deuda corporativa no financiera, como porcentaje del PIB estadounidense. En el mismo periodo, el crédito privado alcanzó un máximo del 10% en 2022 y ahora se sitúa en el 9%. La deuda corporativa no financiera marcó un máximo del 38% en 2020 y ahora se sitúa en el 30%. En ambos gráficos, los periodos de recesión en EE. UU. se indican con áreas sombreadas. Fuente: Federal Reserve Flow of Funds, Haver Analytics, cálculos de PIMCO. 

 
Fuente: Federal Reserve Flow of Funds, Haver Analytics, cálculos de PIMCO, a 31 de diciembre de 2023. Nota: La categoría "Otros préstamos y anticipos" de empresas no financieras se utiliza como un indicador aproximado de activos como el crédito privado y los préstamos bancarios.

Comparemos esto con la cantidad de capital que se concentra ahora mismo en préstamos corporativos. Nos preocupa el rápido crecimiento de los mercados privados a tipo de interés variable que quizás no se pusieron a prueba durante los anteriores ciclos de impago. Estas condiciones elevan el riesgo de que se acumulen excesos en áreas como la tecnología y los préstamos directos a empresas muy endeudadas y con calificaciones de crédito más bajas. Anticipamos posibles problemas durante nuestro horizonte secular.

Dado el gran potencial de rentabilidad que ofrecen los segmentos más líquidos del mercado de renta fija, los inversores deberían ser muy exigentes –y demandar un potencial de rentabilidad atractivo y robustas cláusulas de protección– para renunciar a la liquidez. Con los rendimientos en los niveles actuales, la rentabilidad ajustada al riesgo potencial que ofrece ampliar la exposición a los mercados públicos de renta fija –elevando, por ejemplo, la asignación a renta fija de mercados desarrollados y emergentes de alta calidad– también resulta ventajosa en comparación con las concesiones que implica invertir en áreas menos líquidas de los mercados de crédito.


1 Según los cálculos de Newmark Research, a 12 de febrero de 2024.
PROCESO DEL FORO DE PIMCO

Ponentes invitados al Foro Secular de 2024

Tobias Adrian

Consejero financiero y director del Departamento de Mercados Monetarios y de Capitales del Fondo Monetario Internacional

Anima Anandkumar

Titular de la cátedra Bren de Ciencias Matemáticas y de la Computación en el Instituto de Tecnología de California (Caltech)

David Autor

Titular de la cátedra Ford de Economía en el MIT

Jason Furman

Titular de la cátedra Aetna de Práctica de Política Económica conjuntamente en la Harvard Kennedy School y el Departamento de Economía de la Universidad de Harvard

Kevin Hassett

Brent R. Nicklas Distinguished Fellow en Economía, Hoover Institution; expresidente del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca

John H. Cochrane

Rose-Marie and Jack Anderson Senior Fellow, Hoover Institution

Carmen Reinhart

Titular de la cátedra Minos A. Zombanakis de Sistema Financiero Internacional en la Harvard Kennedy School

Brad Setser

Whitney Shepardson Senior Fellow en el Council on Foreign Relations

Wendy R. Sherman

Ex subsecretaria de Estado de EE. UU.


Consejo Asesor Mundial de PIMCO

Expertos de renombre internacional en temas económicos y políticos

Sobre nuestros foros

PIMCO es una firma líder mundial en renta fija activa que atesora una vasta experiencia en los mercados públicos y privados. Nuestro proceso de inversión se fundamenta en nuestro Foros Cíclicos y Seculares. Nuestros profesionales de la inversión, repartidos por todo el mundo, se reúnen cuatro veces al año para debatir y analizar la situación de los mercados y la economía mundial e identificar las tendencias que, en nuestra opinión, tendrán repercusiones importantes para la inversión. En estas discusiones de amplio alcance, aplicamos prácticas de ciencias del comportamiento con el objetivo de maximizar el intercambio de ideas, cuestionar nuestras tesis, contrarrestar los sesgos cognitivos y generar análisis inclusivos.

En el Foro Secular, que se celebra con una periodicidad anual, examinamos las perspectivas para los próximos tres a cinco años, lo que nos permite posicionar las carteras de los clientes en previsión de los cambios y las tendencias estructurales de la economía mundial. Creemos que la diversidad de ideas mejora los resultados de inversión y por eso invitamos a distinguidos ponentes –nobeles de Economía, políticos, inversores e historiadores– que aportan una valiosa perspectiva multidimensional a nuestros debates. También fomentamos la participación activa del Consejo Asesor Mundial de PIMCO, un equipo compuesto por expertos en asuntos económicos y políticos de renombre mundial.

En los foros cíclicos, que se celebran tres veces al año, nos centramos en las perspectivas para los próximos seis a doce meses y analizamos la dinámica del ciclo económico en los principales mercados desarrollados y emergentes. Nuestro propósito es detectar potenciales cambios en las políticas monetarias y fiscales, las primas de riesgo y las valoraciones relativas que determinan el posicionamiento de nuestras carteras.

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El término «refugio seguro» se refiere a una inversión con capacidad, real o percibida, de conservar o incrementar su valor en momentos de volatilidad en los mercados. Los inversores buscan refugios seguros con el propósito de limitar su exposición a pérdidas en el caso de que se produzcan turbulencias en el mercado. Todas las inversiones conllevan un riesgo y pueden perder valor.

La rentabilidad pasada no es garantía ni indicador fiable de resultados futuros.

La inversión en el mercado de renta fija está sujeta a riesgos, incluidos el riesgo de mercado, de tipos de interés, de emisor, de crédito, de inflación y de liquidez. El valor de la mayoría de los instrumentos y las estrategias de renta fija se ve afectado por las variaciones de los tipos de interés. Los bonos y las estrategias de renta fija de duración más elevada tienden a ser más sensibles y volátiles que los títulos con duraciones más cortas; el precio de los bonos baja, por lo general, cuando los tipos de interés suben, y los entornos de tipos de interés bajos incrementan este riesgo. La menor capacidad de las contrapartes de los bonos para satisfacer sus compromisos podría contribuir a reducir la liquidez del mercado e incrementar la volatilidad de los precios. En el momento del reembolso, las inversiones en renta fija pueden tener un valor superior o inferior a su coste inicial. La inversión en títulos denominados en moneda extranjera y/o domiciliados en el extranjero puede comportar un mayor riesgo debido a las fluctuaciones cambiarias, así como a los riesgos económicos y políticos, que podrían acentuarse en los mercados emergentes.  Los bonos de titulización hipotecaria (MBS) y los bonos de titulización de activos (ABS) pueden ser sensibles a las variaciones de los tipos de interés y estar sujetos al riesgo de reembolso anticipado. Aunque en su mayoría están respaldados por algún tipo de aval público (gobiernos u organismos gubernamentales) o privado, no existe garantía de que los avalistas cumplan sus obligaciones. Las referencias a los bonos de titulización hipotecaria, tanto emitidos como no emitidos por agencias, se refieren a las hipotecas emitidas en Estados Unidos. La deuda inmobiliaria comercial está sujeta a riesgos que incluyen la amortización anticipada, la morosidad, la ejecución hipotecaria, riesgos de pérdida, riesgos de servicio de la deuda y evolución desfavorable de la regulación, los cuales pueden verse agravados en el caso de préstamos morosos. Los bonos ligados a la inflación (ILB) emitidos por un gobierno son títulos de renta fija cuyo principal se reajusta de forma periódica en función de la tasa de inflación; los ILB pierden valor cuando los tipos de interés reales aumentan. Los títulos del Tesoro protegidos contra la inflación (Treasury Inflation-Protected Securities, TIPS) son ILB emitidos por el Gobierno de Estados Unidos. Las materias primas conllevan mayores riesgos de mercado, políticos, regulatorios y vinculados a condiciones naturales, por lo que podrían no ser apropiadas para todo tipo de inversores. Las acciones pueden perder valor debido a las condiciones, tanto reales como supuestas, del mercado general, la economía y los diferentes sectores. El riesgo de gestión es el riesgo de que las técnicas de inversión y los análisis de riesgo aplicados por el gestor de inversiones no produzcan los resultados deseados y que determinadas políticas o eventos puedan afectar a las técnicas de inversión a las que puede recurrir el gestor para gestionar la estrategia. La calidad crediticia de un título concreto o de un conjunto de títulos no garantiza la estabilidad ni la protección de la cartera en su conjunto. La diversificación no garantiza la protección frente a una posible pérdida.

Las previsiones, las estimaciones y cierta información contenida en este documento se basan en la investigación propia y no deben considerarse como asesoramiento de inversión, como una oferta o solicitud, ni como la compra o venta de cualquier instrumento financiero. Las previsiones y las estimaciones tienen ciertas limitaciones inherentes y, a diferencia de un dato de rentabilidad real, no reflejan la negociación efectiva, las restricciones de liquidez, las comisiones y/u otros costes. Además, las referencias a resultados futuros no deben interpretarse como una estimación o promesa de los resultados que puede obtener una cartera de clientes.

Las declaraciones relativas a las tendencias de los mercados financieros o las estrategias de cartera se fundamentan en las condiciones actuales del mercado, que pueden fluctuar. No existe garantía de que estas estrategias de inversión funcionen bien en todo tipo de condiciones de mercado ni de que resulten adecuadas para todos los inversores, y cada inversor debe evaluar su capacidad para invertir a largo plazo, especialmente durante periodos bajistas del mercado. Los inversores deben consultar a un profesional de inversiones antes de tomar una decisión de inversión. Las perspectivas y las estrategias están sujetas a cambios sin previo aviso.

El ratio CAPE es una medida de valoración que utiliza los beneficios por acción (BPA) reales durante un periodo de 10 años para suavizar las fluctuaciones en los beneficios empresariales que se producen en diferentes momentos del ciclo económico.  La correlación es una medida estadística que compara la fluctuación de un valor con respecto a otro. La correlación de los distintos índices o títulos entre sí o respecto de la inflación se basa en los datos recabados durante un periodo determinado. Estas correlaciones pueden variar sustancialmente en el futuro o en periodos distintos, lo que puede generar mayor volatilidad. Los activos reales son recursos tangibles como bienes inmuebles, infraestructuras y materias primas con un valor intrínseco vinculado a su utilidad.

PIMCO presta servicios exclusivamente a instituciones, intermediarios financieros e inversores institucionales cualificados. Los inversores particulares deben ponerse en contacto con su propio profesional financiero con el objeto de determinar las opciones de inversión más adecuadas para su situación financiera. Este material refleja las opiniones del gestor. Dichas opiniones están sujetas a cambios sin previo aviso. Este material se distribuye exclusivamente con fines informativos, y no debe considerarse como asesoramiento de inversión ni como una recomendación respecto a ningún valor, estrategia o producto de inversión. La información incluida en el presente documento se ha obtenido de fuentes que se estiman fidedignas, aunque ello no puede garantizarse. Se prohíbe expresamente la reproducción de la presente publicación, en todo o en parte, con independencia del formato utilizado, así como la referencia a ella en cualquier otra publicación, sin previo permiso por escrito. PIMCO es una marca comercial propiedad de Allianz Asset Management of America LLC en Estados Unidos y el resto del mundo.

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